Qué es una dApp y qué las diferencia de las aplicaciones tradicionales

lunes, 21 de marzo de 2022

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Del mismo modo que la tecnología blockchain busca ser una alternativa funcional y sin intermediarios a través de contratos inteligentes, las aplicaciones tradicionales han buscado también su hueco en el ámbito de la descentralización.

¿Qué es una aplicación descentralizada?

Una dApp es una aplicación descentralizada que se despliega a través de contratos inteligentes sobre la blockchain. Se trata de la versión descentralizada de las aplicaciones tradicionales. Sin embargo, pese a que comparten ciertas cualidades, como el hecho de estar diseñadas para ofrecer servicios de finanzas, ocio, redes sociales, videojuegos, estadísticas, trading, entre otros, encontramos grandes diferencias en las tecnologías que las soportan y en la forma en la que se administran.

Una vez que una dApp se despliega sobre la blockchain a través de un contrato inteligente, los usuarios pueden conectar sus wallets descentralizadas o web3 a la aplicación e interactuar con la aplicación, al igual que autorizar y gestionar todas las interacciones y transacciones que realicen.

¿Qué diferencia existe entre una aplicación descentralizada y una tradicional?

A diferencia de las aplicaciones tradicionales, una aplicación descentralizada, como bien hemos mencionado, está construida sobre la blockchain. Sin la existencia de los contratos inteligentes, las dApps no existirían, ya que son los responsables de ejecutar todas las operaciones programadas de forma automatizada.

Cabe resaltar que una aplicación descentralizada no depende de una autoridad central. Los usuarios no deben pasar la intermediación de ninguna entidad privada para acceder a la aplicación, con tan solo conectar sus wallets descentralizadas a la aplicación pueden acceder al servicio o solución que prestan.

Por otro lado, una dApp preserva la privacidad del usuario. Los usuarios no necesitan facilitar a la aplicación sus datos personales como requisito para acceder, de este modo sus datos no quedan expuestos a terceras partes.

Por último, una aplicación descentralizada opera de forma automatizada. No necesita de nadie que gestione o autorice las operaciones que los usuarios realizan. Gracias a los contratos inteligentes, estos pueden realizar y autorizar con su firma digital todas las transacciones e interacciones que deseen desde sus wallets.

dapps versus apps

Riesgos a los que te enfrentas al hacer uso de una dApp

Todas las aplicaciones descentralizadas construidas sobre contratos inteligentes, sea cual sea su producto final, son susceptibles de sufrir ataques si su código contiene vulnerabilidades, lo que podría comprometer los activos de los usuarios. Sin embargo, hoy en día muchos proyectos crean fondos de compensación para proteger a sus usuarios en caso de exploits.

Otros riesgos asociados a su uso dependen directamente de los usuarios. Al ser los usuarios los únicos responsables de sus wallets (claves privadas, frases semilla), deben guardar sus claves en un lugar seguro y no proporcionárselas a nadie ni introducirlas en ninguna aplicación.

La regularización y el futuro de las aplicaciones descentralizadas

El carácter autónomo y descentralizado de la blockchain, y por tanto de las dApps, ha significado un desafío para la regularización estatal. En la actualidad, los Estados buscan regularizar los movimientos de criptomonedas para aplacar posibles casos de blanqueamiento de dinero o financiación de terrorismo. Por ello, instan al ecosistema a desarrollar interfaces donde los usuarios puedan ser verificados mediante KYC (Know Your Customer), y donde se aplique con eficacia el marco regulatorio a través de AML (Anti-Money Laundering).

Las dApps son el último eslabón, el producto final del desarrollo blockchain, sin ellas los desarrolladores no podrían exhibir nuevos casos de uso, y los usuarios no podrían beneficiarse de las virtudes de la descentralización.

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