¿Cuáles son las principales diferencias entre DEX y CEX?

Al igual que en el sistema financiero tradicional, en el mundo cripto también existen distintos tipos de plataformas donde intercambiar nuestros tokens: DEX y CEX.

Sin ir más lejos, estos conceptos se pueden extrapolar al mundo cripto si asimilamos los bancos con los CEX y las operaciones en mano con los DEX. Es decir, de igual forma que podemos hacer transferencias a otra persona a través de un banco, que actuaría a modo de intermediario, también podemos realizar un intercambio P2P, entregando el dinero en mano.

Un CEX es un centralized exchange, es decir, un servicio de intercambios centralizados a través del cual un intermediario intervendría en la gestión entre dos usuarios. Al igual que pasa en los bancos, este intermediario se hace cargo de la gestión y controla todo el proceso, desde la custodia de los tokens, hasta el intercambio en sí entre los usuarios.

Este tipo de transacciones se ejecutan a través de un libro de órdenes, donde los usuarios especifican su deseo de comprar o vender una cierta cantidad de tokens a un precio determinado. La empresa es la encargada de escuchar estas órdenes y ejecutarlas en cuanto se den las condiciones pactadas.

¿Quién custodia los fondos en un CEX?

En el caso de los CEX, es una empresa, con sus respectivos empleados y su respectivo CEO, la que está a cargo de los fondos de los usuarios que han decidido depositar sus fondos en su plataforma.

Cuando un usuario deposita sus fondos en un CEX, está delegando la custodia de sus activos. Al igual que ocurre en los bancos tradicionales, al delegar tus activos en un CEX, este te hace entrega de unos pagarés con los que posteriormente podrás realizar intercambios dentro de su propia plataforma; en un banco tradicional, esto se corresponde con los billetes y las monedas que sacas en lugar del oro al que representan. En resumen, estos pagarés tan solo representan la cantidad de fondos que has depositado y su valor actual en mercado, pero en ningún caso están en tu posesión realmente. Tan solo cuando el usuario decide retirar sus fondos del CEX, los activos pasan a estar de nuevo en custodia del usuario.

¿Es realmente seguro operar en los CEX?

La popularidad de los CEX a día de hoy se debe a que facilitan las operaciones y permite operar de manera rentable y rápida, como ocurre por ejemplo en Binance; sin embargo, delegar tus activos a una entidad centralizada tiene sus desventajas.

Las transacciones no son del todo visibles a ojos del usuario, por lo que resta transparencia y oculta información acerca del proceso de compra y venta de activos, lo cual se aleja bastante del objetivo principal de las criptomonedas. Esto puede crear rechazo, ya que se puede llegar a poner en duda la existencia de posibles prácticas maliciosas, como podrían ser el blanqueo de dinero o la manipulación de precios.

Por otro lado, el hecho de que todos los activos se encuentren bajo la custodia de un único sistema centralizado, resulta muy atractivo a ojos de los hackers. Los últimos años se han producido distintos ataques, tanto internos como externos de los sistemas operados por CEX. Este tipo de problemas técnicos y ataques coordinados pueden llevar a largos periodos de bloqueo de los fondos a los usuarios o, en el peor de los casos, puede desencadenar en la pérdida completa de los activos.

La intervención de los gobiernos centrales en los CEX

Además, los CEX están expuestos a ser auditados por los gobiernos centrales de los países, quienes pueden tomar la decisión de congelar o confiscar los fondos de los usuarios, así como también pueden obligar a sus empresas matrices a revelar toda su información personal.

Los intercambios descentralizados, al contrario que las plataformas de intercambios centralizadas, carecen de una autoridad central que custodie los fondos; los DEX permiten el libre intercambio de criptomonedas entre usuarios siguiendo un protocolo peer-to-peer, directamente entre los interesados y sin la participación de ningún intermediario.

En esta ocasión, en lugar de confiar en un tercer agente, los usuarios hacen uso de la tecnología blockchain para realizar estos intercambios. Este tipo de tecnología trustless utiliza un sistema predecible y transparente que, al ser tan sumamente inalterable, hace innecesario el tener que depositar tu confianza en ella.

¿Cómo funcionan las plataformas de intercambios descentralizados?

Un DEX o intercambio descentralizado no almacena datos de ningún tipo de los usuarios, además, en un DEX el usuario es el único poseedor y responsable de sus fondos.

¿Y cómo se realizan las transacciones? Este tipo de plataformas se rigen por contratos inteligentes diseñados sobre la blockchain y una interfaz a la que conectarte con tu wallet descentralizada.

Cada usuario elige la cantidad y el par de monedas por el que quiera hacer el intercambio. A continuación, estos contratos inteligentes se encargan de encontrar una orden de venta y una de compra que coincidan para proceder con el trámite. Una vez coincidan, el contrato será el que acepte los activos de ambos usuarios y realice el intercambio.

De este modo, los usuarios pueden establecer órdenes de compra y venta automatizadas desde sus propias wallets y firmar por ellos mismos todas y cada una de sus transacciones, siendo partícipes de todo el proceso.

¿Quién mantiene la custodia de los activos en un DEX?

Si un usuario utiliza un DEX y finalmente sus condiciones de compra coinciden con las condiciones de venta de otro usuario, es entonces cuando los fondos pasan a estar custodiados por el contrato inteligente del DEX.

El tiempo de custodia dependerá única y exclusivamente del tiempo de ejecución de la transacción. En la actualidad, la mayoría de DEX poseen la función swap, donde el intercambio se realiza de forma instantánea una vez el contrato inteligente encuentre la coincidencia de precios (para ello, el DEX también se apoya en otros contratos inteligentes, como los oráculos de precios). Si ambas partes están de acuerdo, el usuario tendrá que permitir y autorizar el intercambio mediante su confirmación y firma, la cual se realiza a través de la wallet. Una vez confirmado y firmado, se transfieren automáticamente los activos pactados a las respectivas wallets. De esta forma, los usuarios tienen el control total de sus fondos.

Algunos DEX también cuentan con la función trading, que no es más que la estructuración de un libro de órdenes, similar al que vemos en los intercambios centralizados, pero gobernados por contratos inteligentes en lugar de por una autoridad central. De este modo, los usuarios tienen la opción de establecer órdenes automáticas de compra o de venta, con el fin de tradear con sus criptomonedas de forma descentralizada. El tiempo de custodia dependerá del tiempo de ejecución de la orden; si es a mercado, se ejecutará de forma instantánea; si se establece un precio en concreto, se ejecutará cuando se den las condiciones deseadas. En ambos casos, una vez coincidan las condiciones, el contrato inteligente libera los tokens a las wallets correspondientes.

¿Es realmente seguro operar en los DEX?

Al funcionar a través de contratos inteligentes, siempre cabe la posibilidad de que se encuentren exploits o vulnerabilidades en el código que puedan incurrir en la pérdida de los tokens de los usuarios. Como comentábamos, mientras se ejecuta la transacción, los usuarios delegan los tokens al contrato inteligente del DEX, tiempo durante el cual delegan la custodia de sus fondos. En el caso de que un hacker detectara dichas vulnerabilidades, estos activos se verían comprometidos.

Ya existen antecedentes de ataques a DEX, por lo que no están exentos. Varias plataformas han sufrido pérdidas millonarias: Uniswap, Balancer, Bancor y Synthetix destacan como víctimas de los ataques de mayor repercusión hasta la fecha.

¿Podría el gobierno intervenir los DEX?

Desde un punto de vista práctico, no. En los DEX todo corre sobre la blockchain, lo que imposibilita el bloqueo o la intervención de los fondos por parte de terceros. Además la descentralización garantiza el anonimato de los usuarios que operan en los DEX ya que, a diferencia de los CEX, no deben realizar previamente ningún tipo de identificación ni registro. Sin embargo, cada vez son más los países que invitan a sus habitantes a reportar todo tipo de transacciones con criptomonedas en aras de evitar el blanqueo de capitales y la evasión de impuestos.

Es un hecho que ambas opciones cuentan con sus pros y sus contras, sin embargo, la comunidad cada vez apuesta más por los intercambios descentralizados y por el entorno que está generando a su alrededor.

Cada vez son más las plataformas que facilitan este tipo de intercambios, por lo que no es de extrañar que, en un futuro no muy lejano, la mayor parte de la comunidad se encuentre en posesión de sus propios fondos y no dependa de ninguna plataforma CEX, abogando por la libertad financiera y el anonimato.